Publicado el: 12 septiembre 2024

Vanessa Castro vive junto a su esposo y dos hijos en la Villa Andes de San Bernardo. Dice que tiene sus prioridades claras: “con mi marido tenemos que sacar adelante a nuestra familia, eso es lo primero”.
Desde hace dos meses, Vanessa va todos los miércoles y viernes a la sede de la Junta de Vecinos de Villa La Campana, al Taller de Peluquería y Estilismo que organiza la Municipalidad de San Bernardo, a través del programa “Somos Barrio”. Y esa rutina, dice, le ha cambiado la vida.

“Llegué al taller por el dato de una vecina. Tenía cero conocimiento de peluquería. Acá, con la profesora Rosita, he aprendido corte de pelo, tintura y varias técnicas más, pero por sobre todo, esto me ha hecho crecer como persona, me siento más segura porque me he dado cuenta de que tengo muchas más capacidades de las que yo creía”, dice Vanessa.

Ella es una de las 15 mujeres que participan de este taller, que se realiza gracias a la gestión del Departamento de Seguridad Pública del municipio y con fondos de la Subsecretaría de Prevención del Delito del Ministerio del Interior.

Pero, ¿qué tiene que ver un taller de peluquería con la seguridad pública? Francisco Iturrieta, Coordinador de Seguridad Pública de la Municipalidad, explica que el programa “Somos Barrio” que se está implementando en distintas villas y poblaciones sanbernardinas “busca generar iniciativas de recuperación de espacios públicos y reforzamiento comunitario. El mejoramiento de la seguridad no tiene que ver solamente con una lógica punitiva. También se trata de recuperar el espacio público, entregar habilidades y oportunidades, así como también fortalecer el vínculo entre vecinos, es decir, rearmar el entramado comunitario. Durante mucho tiempo, varias décadas, el Estado ha estado ausente en estos sectores, y la gente se terminó encerrando en sus casas y no conoce a sus vecinos. Y por lo mismo, les teme. Entonces, el que se organiza más rápido saca ganancias y la delincuencia se organiza rápido y tiene réditos rápido, sobre todo cuando faltan oportunidades”.

“Somos Barrio” se está implementando en uno de los cuadrantes más vulnerables de la ciudad: San Francisco, Padre Hurtado, Balmaceda y Condell, donde viven 32 mil personas. Específicamente en las villas Andes 1, 2,3, Cordillera y La Campana.

La Subsecretaría de Prevención del Delito entrega 81 millones de pesos para implementación de estos talleres, que además de Peluquería y Estilismo ofrecen Alfabetización Digital y Fútbol Infantil.

En el caso del taller de Peluquería y Estilismo, la profesora Rosa Herrera explica que “el objetivo es que todo lo aprendido les sirva a las muchachas para sus emprendimientos. De acá ellas salen cortando el cabello, aplicando tintes, empiezan a generar de inmediato sus emprendimientos dentro de sus domicilios, que es el primer paso para abrir su salón de belleza o peluquería”.

Andrea Jara, una de las personas beneficiadas, de Villa Cordillera, expone que “acá empecé de cero, no tenía ningún conocimiento.  Aprendí a cortar pelo, a hacer tinturas, visos y empecé a pensar en mi emprendimiento. Hice una postulación al municipio, presenté mi proyecto de emprendimiento y estoy esperando buenas noticias”.

El alcalde de San Bernardo, Christopher White, visitó al grupo de futuras peluqueras para entregarles un mensaje y anunciarles que el municipio las ayudará con sus proyectos de emprendimiento.

“Junto con felicitarlas, porque están a punto de certificarse, me comprometí a ayudarlas a iniciar sus emprendimientos, pues un San Bernardo más seguro también depende de un San Bernardo con más oportunidades”, dice la máxima autoridad edilicia.

“El programa ‘Somos Barrio’ –agrega el alcalde White- es una iniciativa hermosa porque busca trabajar la seguridad desde una mirada social. La inseguridad es un problema integral y el Estado tiene una deuda con muchos barrios de Chile desde los años 70, cuando se generaron conjuntos habitacionales sin mayor equipamiento ni oportunidades”.

Esta semana, Vanessa Castro irá por última vez al taller de la Junta de Vecinos de Villa La Campana, ya que se termina el curso y debe itinerar hacia otra comunidad.

Pero no está triste. “Gracias a estos dos meses de taller, descubrí que la peluquería es mi vocación, me encanta. Estoy enamorada de este oficio. Yo no tenía trabajo, pero este curso ha sido un incentivo para seguir sumando conocimientos. Estoy comprando mis accesorios, mis máquinas y ya estoy empezando a habilitar un sector de la casa para habilitar mi salón de belleza”, dice, mientras camina por el estrecho pasaje Rocallosas.