Una emotiva jornada de sensibilización sobre Derechos Humanos se realizó en el patio central de la Casa de la Cultura, como acto principal de Ilustre Municipalidad de San Bernando a 51 años del golpe de Estado que derrocó al gobierno de la Unidad Popular e impuso una dictadura cívico-militar encabezada por Augusto Pinochet.
La jornada conmemorativa, organizada por DIDECO y por el Dpto. de Cultura, contó con la presencia del alcalde Christopher White y de la concejala Karina Leyton, además de dirigentes de organizaciones de DDHH, como Susana Barra, representante de la Corporación Jenny Barra.
Y fue justamente Susana Barra quien inauguró el acto. Hermana de la sanbernardina Jenny Barra, estudiante de Enfermería detenida desaparecida en 1977 a la edad de 23 años, Susana Barra agradeció que se realicen instancias conmemorativas en reparticiones públicas y colegios, e hizo un llamado a reconocer a las y los detenidos desaparecidos como actores de cambio social.
“Ese es un concepto que, como sociedad, deberíamos ir entendiendo. Ellas, ellos, no son sólo víctimas, en su tiempo fueron personas que cumplieron un rol muy importante como actores de cambio social en este país”, explicó.
Por su parte, el alcalde White destacó lo trascendental que es para nuestro país “mantener viva la memoria de lo que pasó; soy militante socialista, vengo de una familia socialista, y aunque no viví la dictadura, tengo la convicción de que debemos hacer el ejercicio de recordar siempre lo que pasó, las violaciones a los derechos humanos, para que nunca más se repita una tragedia así”.
“La memoria histórica es fundamental y permite a las sociedades reflexionar sobre sus errores y construir un futuro distinto. También es clave la reparación”, culminó.
UN EX GAP
Entre los presentes estuvo Guillermo Torres, de 77 años, quien en 1973 fungía como uno de los 60 integrantes del GAP o Grupo de Amigos del Presidente Salvador Allende, la custodia personal del recordado médico socialista, líder de la Unidad Popular.
“Como parte de la escolta del Presidente, ese 11 de septiembre de 1973 me tocó estar en la casa de Cañaveral y no alcanzamos a llegar a La Moneda. Luego estuve detenido en Villa Grimaldi. Las sesiones de tortura hicieron lo suyo y por eso hoy tengo una válvula en el corazón y un solo riñón. Así y todo salí vivo y me quedé luchando desde la base. Fue todo muy triste porque hasta ahora seguimos buscando compañeros desaparecidos”, recuerda.
Sobre el Presidente Allende, Torres expone que “para empezar, no le gustaba que le dijéramos compañero Presidente, sino que a nosotros nos pedía que lo llamáramos doctor. Él era un hombre muy sensible, muy buena persona y con nosotros, los 60 GAP, era sensacional. De esos 60 vamos quedando 20 vivos. Yo llegué al GAP desde Televisión Nacional, y Allende conversaba mucho con nosotros y siempre nos pedía lo mismo: que cuidáramos a la clase trabajadora”.
“No hay que olvidar lo que pasó. Ni perdón, ni olvido”, cierra Torres, oriundo de San Miguel, pero que hoy es un vecino más de San Bernardo.